9 de marzo de 2012

No soporto a mi madre!!!


La maternidad es un nuevo florecer, uno que se asemeja mucho a una "visita sorpresa". Un sobre cerrado, que una vez abierto, es difícil cerrar. Muchas personas no tienen idea de qué van a encontrar allí. Y como todas las sorpresas, a veces son positivas, pero otras veces no tanto.

En una etapa en la que es muy importante el apoyo de la familia cercana, tanto durante el embarazo, como durante los primeros años de vida de los bebés, muchas mujeres encuentran sentimientos que no saben con quién podrán compartir. Mi abuela decía que la mujeres embarazadas, y en pueperio podían "aborrecer" a tal extremo a algunas personas, que no podían ni "verlas". Entre esas personas nombraba al marido, y a la madre. Ella lo justificaba, decía que "son cosas" de esa etapa.
Como niña me parecía "raro", aunque ahora cómo adulta y profesional de la psicología, comprendo que es algo un "pelín" más complicado que la revolución hormonal.

Me resulta muy frecuente encontrar personas que han tenido una relación difícil con sus progenitores, mientras fueron pequeñas. Crecieron y en unos casos "hicieron las paces" con ellos. Otras veces simplemente ese tema se ocultó bajo la alfombra. Pero durante el embarazo y el puerperio, no soportan a la persona con la que a nivel razonativo ha "resuelto" el "trauma infantil".

Entonces florecen emociones que no saben cómo gestionar. Además la cultura les ha inculcado que las madres y padres son personas dignas a las que hay que respetar. Si a una niña, a un niño, se le "ocurría" decir que su padre/madre, es "malo", recibía una dura reprimenda. Todas esas experiencias tienen un gran contenido emocional. Por lo tanto se graban "a fuego" en el mundo emocional, a una edad muy temprana. Así, durante el embarazo y puerperio, las emociones se "actualizan". Y una dura lucha emocional tiene lugar dentro de las mamás, y en muchos casos, también dentro de los papás. Las emociones de rechazo, unidas a las emociones de represión e indefensión, hacen esa etapa, ya difícil, aún más difícil.

Es importante conocer esta parte de las emociones de la mujer, y del hombre. Saber que forma parte de la naturaleza, que está poniendo todo su empeño en la "protección" de un nuevo ser. Y sobre todo la necesidad de "trabajar" esas emociones a consciencia, puesto que se constituyen en límites en la relación con los bebés. Todos sabemos que actuamos mejor cuando nos sentimos mejor, por lo tanto, si unas madres y padres, se sienten mejor, posiblemente establecerán un mejor vínculo con sus bebés, y comprenderán mejor las necesidades que se presentan en cada etapa de los primeros meses y años de vida...

Teresa Garcia
Psicologa clínica.