27 de febrero de 2013

Emociones durante el embarazo



Llega tu momento para ser madre, y pones todos los medios a tu disposición para prepararte a consciencia. Deseas el mejor embarazo, proporcionar la mejor alimentación a tu bebé, le quieres desde el segundo cero en tu vientre. Sabes que embarazo es diferente a enfermedad, aún así visitas a expertos en salud, en busca de los mejores consejos. Prevenir cualquier circunstancia, que pueda dificultar el proceso. En definitiva, no ha nacido el bebé, pero ya eres madre.
Junto a inquietud, felicidad, alegría, etc. conviven otras emociones. Estaban presentes antes del embarazo, y continúan acompañando durante los nueve meses. Cuento aquí una de las posibles situaciones. 

Trabajas, y tienes un cargo de responsabilidad. Esperan de ti lo mejor, una gran profesional. Te importa tanto cubrir las expectativas, que ni comes bien. Debes destacar en algo, porque nunca antes lo has conseguido. Pones todo de tu parte, resuelves todas las eventualidades estando en una situación de constante estrés y competitividad.Tu desempeño genera ciertas envidias, entre otras personas que aspiraban poseer el puesto que tú ostentas. Y muestran su malestar poniéndote zancadillas que dificultan y aumentan la cantidad de horas dedicadas en actividad profesional. 
Pasan los meses, llega el parto y el crecimiento de tu bebé fuera de ti. Cuando comienza a jugar, descubres que quiere ser el mejor. Natural en cualquier niño, aunque en este caso es exagerado. Tu hijo golpea otros niños, incluso mayores que él, deseando el primer lugar. Comienzas a preocuparte, porque esperas que otros jueguen con él de manera segura. Las explicaciones lógicas quedan fuera de su alcance, aún no cumplió tres años. El control de impulsos comenzará más adelante. ¿Qué hacer?

Consultas una experta en el tema, y haces una conexión inevitable. El niño expresa libremente algo que tú pensabas pero no te atrevías a comunicar. Te recomiendan que liberes tus emociones, retenidas desde aquellos días. En el proceso comprendes que te exigían perfección con muy poca edad. Mientras te sobre ocupabas como directora, repetías lo que en tu infancia viviste, pero no recordabas. 
Al día siguiente de la primera liberación, te asombras al comprobar que tu peque, ya no necesita competir. Empiezas a tomar consciencia que además de la nutrición física, tu bebé en el vientre recibe una nutrición emocional. 

El alimento que recibes y transmites a tu bebé en el vientre es físico y emocional. Los cuidados que necesitas estando embarazada, incluyen tus sentimientos. Este sábado trataremos el embarazo y el parto, incluyendo todos sus componentes: físicos, mentales y emocionales. Si estás embarazada, estás pensando en ser madre, o eres un profesional de la salud, te interesa.

Teresa Garcia.